DIEGO TORRES y VICENTICO Usted (acústico en vivo) Lyrics

(D.T.)
Usted fue siempre así, tan temperamental,
usted me ha dicho tantas cosas que jamás podré olvidar.
(V.)
Usted me hizo a mí pensar, aunque sea tarde, ya lo sé,
le agradezco que haya sido todo lo que fue.
(D.T.)
Porque usted me hizo enfrentar con lo peor de mí,
(D.T. y V.)
y en mi lado mas oscuro me descubrí.

(D.T.)
No olvide que la espero, no espere que la olvide,
si por usted me muero, me muero cuando rie, corazón.
(V.)
No olvide que la quiero, no quiera que la olvide,
si cada vez que puedo, me pierdo en el sonido de su voz.
(D.T.)
Porque algo en mí cambió, porque algo en mí sembró,
(D.T. y V.)
porque usted ha domado lo que nadie en mí domó.

(V.)
Pero quiero ya jurar, ya no quiero prometer,
sólo mireme a los ojos y averigue si cambié.
(D.T.)
Yo no la quiero convencer ni la quiero impresionar,
sólo presteme una tarde y le regalo mi verdad.

(V.)
Porque usted me hizo enfrentar con lo peor de mí,
(D.T. y V.)
y en mi lado mas oscuro me descubrí.

(V.)
No olvide que la espero, no espere que la olvide,
si por usted me muero, me muero cuando rie, corazón.
(D.T.)
Pero no olvide que la quiero, no quiera que la olvide,
si cada vez que puedo, me pierdo en el sonido de su voz.
(V.)
Porque algo en mí cambió, porque algo en mí sembró,
(D.T. y V.)
porque usted ha domado lo que nadie en mí domó.

(Usted siempre fue así, tan temperamental).
(D.T.)
Usted robó mi alma y no la trajo nunca más.
(Usted siempre fue así, y ya no va a cambiar).
(V.)
Si yo le di mi vida,
(D.T. y V.)
y ahora me pide que yo cambie y yo no cambio más.

(V.)
Pero no olvide que la espero,
(D.T. y V.)
no espere que la olvide,
si por usted me muero, me muero cuando rie, corazón.
Pero no olvide que la quiero, no quiera que la olvide,
si cada vez que puedo, me pierdo en el sonido de su voz.
(V.)
Porque algo en mí cambió, porque algo en mí sembró,
(D.T. y V.)
porque usted ha domado lo que nadie en mí domó.
(D.T.)
Porque a partir de hoy no es el mismo corazón,
(D.T. y V.)
porque usted ha domado lo que nadie en mí domó...